Control de Co2

La calidad del aire que respiramos es un tema al que hay que prestar cada vez más atención. El aire contiene Co2, pero a exceso de concentración de Co2 en el entorno en el que vivimos puede deteriorar la capacidad pulmonar. A medida que aumenta el Co2, disminuye el suministro de oxígeno en nuestra sangre.

A medida que aumenta el porcentaje de Co2 en el aire ambiente aumenta la dificultad del organismo para respirar, a síntomas como dolores de cabeza, disminución de la audición, aumento de la tensión arterial hasta situaciones más graves como intoxicación y pérdida de conocimiento.

Una concentración elevada de Co2 en el medio ambiente también es indicio de hacinamiento y circulación de aire insuficiente.

Esto está indirectamente relacionado con la posibilidad de un mayor transmisibilidad de virus y bacterias. Controlar la calidad del aire que respiramos y asegurarse de que el Co2 presente en el entorno donde vivimos, trabajamos o estudiamos no supera el nivel de alerta es crucial para nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos.